lunes, 13 de septiembre de 2010

Inki

Cuántas emociones en una ventana de ordenador, en un simple saludo, en una conversación a tiempo real.

Al margen de alguna que otra decepción, esto es lo más fuerte que he sentido desde hacía mucho, y para bien, de lo mejor... sólo la sensación de libertad cuando marché a Asturias podría superarlo.

Cuánta curiosidad reprimida, cuantas ganas de confirmar pequeñas intuiciones... algo largo tiempo esperado, mas nunca a flor de piel esperado...

Qué raro esto de haberte conocido al fin, Inki. Y cuan encantado de haberlo hecho estoy.





"Desde el puerto he visto amanecer,
con tu ausencia sentada junto a mí.
Me ha invitado a no dejar atrás el capricho de verte sonreír."

Dulce tu sonrisa, en tu carita de niña, que algún día sacaré.

Y quizá algún día pueda pedirte que te quedes un rato más conmigo, y espero que no sea por messenger.

Cuan extraño es esto del amor platónico.

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