jueves, 9 de diciembre de 2010

Cosas...

Con días como hoy, vas dándote cuenta de que con el tiempo, las cosas cambian... es ley de vida.

Antes eras un niño sin capacidad de decisión, y de repente te das cuenta de que tienes suficiente autogestión como para decidir cómo subes, ir haciendo la comida (tontería, pero antes siempre llegabas a casa, de niño, y la encontrabas hecha) para ti y los que van a comer contigo, llegar, comer, y pirarte a trabajar toda la tarde porque tienes cosas que hacer. Es irreversible eso de crecer e ir asumiendo con pequeñas cosas, o no tan pequeñas, el rumbo de tu vida.

Me encontraba concienciado hoy.

¿Sabéis qué es lo que más me gusta de cocinar? Si, al margen del olor de la comida, y el calorcito de los fogones. Ser capaz de darme cuenta de que yo tengo la suerte de poder hacerlo. Y no poder por capacidad, que eso, cualquiera. Puedo porque tengo los medios para ello.
Hay gente que sabe de comida lo que yo de física aeronáutica. Que ni olerla.

Hay que ser agradecido con lo que se tiene... supongo que cuando empiece a tener ingresos empezaré a destinar parte de los mismos a la comida de alguien desfavorecido... alguien más desfavorecido que yo. Donar sangre, ser voluntario... no es suficiente, nunca lo será. Hay gente que entrega su vida a la solidaridad, a la ayuda, y no recibe nada a cambio, nada. Nada más que la felicidad de estar haciendo algo que te llena y que sabes que ayuda. Es un estilo de vida, una felicidad que viene de la de los demás. Y no es poco.
Creedme que no.

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