El vacío dejado es muy grande.
Aterra pensar con qué velocidad nos acostumbramos a la presencia de otra persona que nos complementa, y la parte que hace que así sea es ese hueco. Ese recodo de tu corazón que te hace recordar que las personas no son para siempre, o que tienen la libertad de marcharse de tu vida cuando quieran.
Por suerte hay personas atadas por promesas :)
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