Me ha hecho ilusión descubrir que lo bueno no me cansa.
Hoy mi madre ha dispuesto un montón de cosas variadisimas, y sabrosas para desayunar: mármol de chocolate, de avellana, ensaimadas, magdalenas, croissants, tortas de anís...
Y si, he probado un poquito de cada, pero he acabado deayunando lo de siempre: mis galletas de a diario.
Ni siquiera el hecho de comerlas a diario cambian que sean las mejores galletas, y a pesar de que haya donde elegir tampoco cambia que siempre acabe siendo lo que más me gusta.
Si lo extrapolamos a las personas...
No sé cansarme de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario