Puede que me pierda,
Como hice tantas otras veces,
Todas aquellas que no mereces,
Ni nunca valió la pena que lo hicera.
Puede que no crea en lo que haces,
Y creo que nada cambiaría si yo fuera
Más, menos perfecto, o si quisiera,
Ser único camino en el que paces.
Ni nada ni nadie juega ya conmigo,
Y sin embargo sigo siendo marioneta,
Triste, rota, olvidando mi destino.
Esas correas duras: me aferran,
Para que se pase siempre escribo;
Esas correas duras de tristeza.
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