domingo, 3 de febrero de 2013

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El respeto siempre debería ser lo primero en una relación entre personas, bien se conozcan o no.

A medida que aumenta la confianza, parece menos necesario el mantener visible esta relación de respeto hacia el otro, y cometemos faltas contra ellos a menudo sin darnos cuenta.

Pequeños insultos, o grandes agravios, que vengan de personas queridas y cercanas, o lejanas y desconocidas, no tenemos o mejor dicho tendríamos por qué aguantar.

Y yo aquí cavilando sobre el respeto, cuando tanto lo he faltado aunque también me lo falten a mí. Ya no sé cómo explicar que eso, aunque pueda disfrazarse de simples palabras sin excesiva mala intención, siguen siendo hirientes para algunos.

Siento el daño causado por mi parte.

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