domingo, 23 de febrero de 2014

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Es duro cuando tienes que renunciar a pasar tiempo con la gente que quieres por trabajo, o estudios. Tan duro es tener que irte horas antes de lo que te gustaría, como irte a hacer una beca de un año fuera; la sensación de dejar algo a medias es la misma siempre.

Sin embargo, para estas cosas está la gente a la que amamos, para brillar en estos momentos. Están ahí para demostrar por qué los amamos, para entregarnos su apoyo incondicional con el fin de que nosotros en un futuro tengamos la posibilidad de tener un futuro profesional como lo deseamos.

Todos sufrimos ante las separaciones, los tiempos que deben ser y no son, ni tienen lugar para ser. Pero todos también soñamos con ese futuro en el que pueda ser.


Gracias por mantenerte siempre esperando, siempre queriendo un segundo más juntos, siempre pidiendo más. Tú eres combustible en el fuego de mi ambición, eres la chispa que empieza toda la reacción y las cenizas con las que todo termina. Eres la razón de buscar ese futuro.


martes, 18 de febrero de 2014

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Supongo que siempre es sencillo desentenderse. Decir que no pasa nada, no dejar que nada te amargue el día, ni un sólo momento, rechazar el conflicto.

Siempre he sido así, de vivir fácil. Sin pensar demasiado en los sentimientos, y sin sentir demasiado los desplantes, faltas y demás que me hayan podido ocurrir. Porque según mi modo de pensar, si no me duelen esas ofensas no dolerán a quien las reciba.

Pero, como ya estará pareciendo evidente, no es así. Eso es falaz, porque el hecho de que algo a mí no me importe lo más mínimo no quiere decir que a alguien a quien yo le hago eso mismo no se vaya a molestar.

"No hagas lo que no quieras que te hagan" es una máxima de los principios laicos de moralidad, pero en ningún lado pone "Haz lo que no te moleste que te hagan".

Supongo que esto no valdrá como excusa, ni lo pretendo, pero si en algún momento te he ofendido, mis más sinceras disculpas al respecto. No pensé que te molestaría.