lunes, 20 de diciembre de 2010

Ven..

Me muero de ganas, Luna,
de que caiga la noche,
de hacer de tu nácar derroche,
de la carne que a tu alma escuda.

Ven, déjate llevar, a un vértice de impaciencia,
Ven, acompáñame al lugar, donde el cielo ya comienza.
Vamos, déjame ya entrar, algún día el crepúsculo saldré a buscar,
sólo para perderme en tus ojos, lugar donde termina el cielo , y
empieza el mar.

Sin duda llegas, con preguntas juegas,
y desnudo en mi cuerpo tu me encuentras;
sincero hasta que duela, sin recursos;
sincero hasta que muera, en tu oscuro.

Buenos días Luna, hoy te he vuelto a encantar;
encontrarte en mi mente de mañana, en tu cama al despertar.
Borracho vivo de tu esencia, de tu olor de mora y tu mirar,
y mi corazón durante el día espera a que tu noche vuelva a mi lugar.

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