martes, 29 de septiembre de 2009

Te Quiero, lo juro.

El amor suave, el lento,
el del espacio que requiere tiempo.
El amor fugaz, el ardiente,
impregnado del veneno que regala una serpiente.
El amor distante, el frío,
el que te obliga a gritar "quiero que sea mío".
El amor cercano, el de confianza;
nuevo concepto a interpretar: "distancia".
El amor paciente, el de aguantar,
pensando que todo se puede mejorar.
El amor ácido, el iracundo,
el que hace pensar en querer huir del mundo.
Que ni todo es negro, ni blanco puede ser,
solamente es un pendiente del que pende un cascabel,
frío, melodioso, vibrante;
un sentimiento que sin él no había antes,
y si hay gritos, si hay recelo,
si al vivir en esta guerra siempre hay celos:
cometí el error de ser humano y me arrepiento;
por no tratarte como debo,
como mereces: la culpa es mi sentimiento;
acepta tú mi amor, mi menos sentido lo siento;
por todos y cada uno de los "te quiero".

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