domingo, 29 de noviembre de 2009

Ana.

Acababa de subir a su habitación, y mientras dejaba sus bolsas en sus típicos rincones (la de los zapatos junto al ampli de la guitarra, y la de clase bajo la mesa), sujetaba entre los dientes un sandwich que su madre le había preparado a modo de cena para cuando volviera de jugar al fútbol.

El ordenador se estaba encendiendo, y mientras se acababa el sandwich, oía el ruido del agua caliente al fluir, llamándole a limpiar su sudado cuerpo, a darle algo de descanso. Mientras el agua teñía su pelo de color oscuro, y le pegaba los rizos contra la frente, no podía parar de pensar que ese no había sido un buen día. Sonaba "Empty Appartment de Yellowcard" en su reproductor mientras se duchaba, y realmente tampoco eso le ayudaba a pensar que fuera a mejorar la cosa en el par de horas que le quedaban de estar despierto.

Salió de la ducha, y tras ponerse el pijama, se dispuso a atender el ordenador. Una conversación en Skype. Era Ana.

No pudo evitar sonreír. Parecía que cada vez que le pasaba algo, ella aparecía. Hacía más de año y medio que la conocía, y desde entonces siempre había estado ahí cuando él la había necesitado. Y aunque él se esforzaba por corresponder esa atención, muchas veces se veía incapaz de estar a la altura.

Sin embargo la capacidad de Ana no era solo estar ahí. Era una de las pocas personas que había sido capaz de pegarle un tortazo a su forma de pensar y gritarle "Espabila, idiota, así no vas a ningún lado". Posiblemente era la persona que mejor podía entenderle y para ella había sido siempre parecido. A pesar de ello evitaban tratar temas relativamente serios en la medida de lo posible. Su relación era una relación para reírse, y para estar ahí si las cosas iban mal. Un mutuo apoyo, y una mutua distracción, eran compañeros de la vida...

Posiblemente fuera la persona que más mereciera las atenciones que él era capaz de dedicar, o al menos, la que más se las ganaba. Y para qué negarlo, él en parte la admiraba, por lo fuerte que era. Le gustaba su forma de ser, y le atraía a la vez. Pero eso era algo que ella ya sabía.

"Te quiero conmigo, siempre"

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